Cuando nos damos un baño en nuestra piscina lo hacemos para refrescarnos, para pasar un buen rato e, incluso, para hacer ejercicio … Sin embargo puede que al salir notemos cierto malestar en los ojos o en la piel, que se muestra reseca.
Esto puede deberse al uso inadecuado de ciertos productos. Para mantener las bacterias a raya se hace necesario desinfectar el agua de la piscina de manera habitual y normalmente se hace con cloro. Se trata de una sustancia que no es dañina para el ser humano. Siempre que se use en su justa medida.
El problema es cuando se utiliza una cantidad excesiva o cuando, aún siendo la correcta, entra en contacto con otras sustancias que hacen que se potencie el efecto negativo. Es por ello que es importante controlar la cantidad de cloro que echamos a la piscina.
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Cuando el cloro que hay en la piscina es mayor del necesario al bañarse se producirán problemas de irritación, tanto en la piel como en los ojos. De hecho puede llegar a provocar conjuntivitis.
También hay afecciones en la dentadura, provoca que se forme sarro, o en la garganta. Los ataques de tos son frecuentes, y, en menor medida, puede provocar asma o edema pulmonar. El exceso de cloro en el agua no afecta a todas las personas por igual y si tienen alguna dolencia previa la afección es mayor y más grave.
Además del cloro hay que tener en cuenta que a veces nos metemos al agua portando nosotros alguna sustancia que puede aumentar la reacción. Es el caso de protector solar o perfumes. Es por ello que es importante ducharse siempre antes y después de salir del agua.
Ni un nivel superior ni inferior
Es fundamental que el nivel de cloro de la piscina no sea superior al indicado, pero tampoco es bueno que sea inferior. Hay que mantener siempre un nivel de cloro residual libre de entre 0,5 y 2 ppm (partes por millón). Cuando es menor no se lucha de manera eficaz contra las bacterias y los virus que pudiera haber en ella.
Estos pueden prevenir incluso de otros bañistas, que tengan una infección de orina o gastroenteritis, por poner algunos ejemplos. Si el cloro no es suficiente para mantenerlos a raya es muy probable que otras personas se contagien. Y no sólo eso, sino que tampoco se podrá luchar contra las esporas o las algas que pudieran aparecer en la piscina.
Para mantener la piscina en perfectas condiciones es importante revisar de vez en cuando el nivel de cloro. Esto es debido a que se trata de una sustancia que se evapora así que lo normal es que vaya desapareciendo con el paso del tiempo. No puedes echar cloro al principio del verano y esperar que se mantenga en niveles óptimos durante toda la temporada.